¿Qué es la arqueología virtual?
26 abril 2023
Hace varias décadas hablar de nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación era hablar de Internet, incluso de discos duros o programas de almacenamiento de datos en la nube.
Si bien estas “nuevas tecnologías” fueron disruptivas, hoy seguimos ampliando este concepto para introducir palabras como inteligencia artificial, fotogrametría, realidad virtual o realidad aumentada.
Aunque nadie duda de cómo algunas de estas tecnologías han cambiado nuestra manera de comunicarnos y relacionarnos, quizás es menos conocido cómo se pueden aplicar al ámbito del conocimiento científico, concretamente al campo de la arqueología virtual y la divulgación del patrimonio. Pero, ¿a qué llamamos arqueología virtual?

Podríamos definir este concepto como un conjunto de técnicas digitales utilizadas en la investigación, conservación y divulgación del patrimonio. Algunas de estas herramientas pueden ser la fotogrametría, el modelado 3D o los escáneres láser.
Por ejemplo, a través del modelado 3D podemos reconstruir y contextualizar, en una época determinada, restos desaparecidos de edificios u objetos antiguos. Este contenido 3D puede ser visualizado como imágenes a través de dispositivos móviles, en carteles in situ o publicaciones científicas, pero si damos un pasó más allá podemos integrarlo en experiencias inmersivas de realidad aumentada y virtual.

Si bien la aplicación de toda esta tecnología al ámbito del patrimonio y su divulgación nos ayuda a acercar a un público más amplio los restos arqueológicos y el patrimonio cultural, debemos tener en cuenta tanto los beneficios como, también, algunos retos y preguntas que implica introducir la tecnología XR en la divulgación del mismo.
Experiencias XR y divulgación del patrimonio cultural
Los museos y el patrimonio cultural se enfrentan a los grandes cambios sociales en la manera de producir y consumir cultura, dentro de un sistema marcado por la productividad y la búsqueda de ocio constante.
Estos modos de vida nos estimulan a seguir planteando cuestiones acerca de cómo atraer nuevos públicos a museos y espacios patrimoniales, cómo hacer más accesible el conocimiento y cómo poder dialogar de manera más efectiva entre las personas y los entornos culturales.
Estos factores nos hacen plantearnos el papel que juegan tecnologías como la realidad virtual y la realidad aumentada en la divulgación del patrimonio.
La integración de la realidad aumentada y virtual en el campo cultural puede ayudar a generar entornos de aprendizaje más significativos, basados en el aprendizaje emocional y experiencial. Estas tecnologías añaden conceptos que amplían la narrativa tradicional de la interpretación del patrimonio, como son la interactividad y la inmersión digital.
Poder, por ejemplo, visitar un yacimiento arqueológico casi invisible para nuestra mirada y superponer un modelo digital 3D sobre los restos reales para ver cómo fue en un momento del pasado, amplía nuestro concepto del espacio que visitamos.
Además, nos puede generar más empatía para entender mejor la importancia de los entornos que habitamos, haciendo incluso que las comunidades locales aprecien más el patrimonio local.
Experiencias XR y otras narrativas
A pesar de los beneficios que puede aportarnos la tecnología XR en la comprensión de nuestro pasado, también tenemos que tener en cuenta los posibles retos que pueden surgir cuando la aplicamos desde la perspectiva de la museografía y los discursos narrativos.
En el ámbito de los museos, introducir experiencias digitales inmersivas e interactivas nos lleva a cuestionar cómo adaptar las exposiciones a nuevas formas de interacción entre las personas y las piezas expuestas.
Al mismo tiempo, la manera de contar la historia también cambia, acercándonos a técnicas narrativas, a veces, más próximas al cine o a los videojuegos, teniendo siempre presente la interpretación del patrimonio como base. Es necesario, por tanto, incluir perfiles multidisciplinares que ayuden a conceptualizar las nuevas experiencias digitales.

Otro de los posibles retos al introducir la tecnología es la importancia de no perder de vista los fines de las instituciones que deciden aplicarla, es decir, para qué utilizamos las experiencias digitales. Las experiencias de realidad aumentada y virtual deberían ser una herramienta al servicio del patrimonio. Promover experiencias basadas en el entretenimiento sin tener en cuenta el ámbito del aprendizaje, nos haría caer en el efecto parque temático que muchos autores ya han cuestionado.
La realidad virtual y aumentada ha interrumpido de manera inevitable en el campo cultural. Yacimientos arqueológicos, museos de arte o museos de historia natural, cada vez más, optan por introducir otras formas de interpretar el patrimonio.
Ejemplo de entidades museísticas como el Museo Thyssen-Bornemisza, el Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural, el Museo del Prado o el Museo de Belas Artes da Coruña, en caso del siguiente ejemplo, ya han apostado por estas nuevas herramientas.
Los profesionales del patrimonio tenemos la responsabilidad de hacernos las preguntas correctas para utilizar la tecnología de manera significativa y con sentido.
Nuestro desafío desde la interpretación del patrimonio ha de ser motivar e inspirar a las personas hacia su propio pensamiento crítico, cómo escribió Freeman Tilden: “el objetivo principal de la interpretación no es la instrucción, sino la provocación”, independientemente de las herramientas que utilicemos para ello.

Valvanera Nieto
Historiadora del arte y experta en virtualización del patrimonio